¿Por qué nos es más fácil querer cambiar al otro?
En el complejo entramado de las relaciones humanas, y un tema más que recurrente en cada sesión de mentoría o coaching, es encontrar un patrón recurrente: la tendencia a querer cambiar a la otra persona, ya sea a un amigo, jefe o colega, nuestra pareja, un familiar, el vecino en lugar de mirarnos a nosotros mismos. Esta dinámica, aunque común, encierra una profunda reflexión sobre la naturaleza humana y la dificultad de enfrentar nuestras propias sombras.
¿Por qué es más fácil querer cambiar al otro?
La respuesta reside en la ilusión del control externo. Nos aferramos a la creencia de que si logramos modificar el comportamiento de la otra persona, nuestros problemas se resolverán. Esta fantasía nos proporciona una sensación de poder y nos evita la incómoda tarea de confrontar nuestras propias inseguridades y patrones disfuncionales.
La proyección a la orden
Aunque mi hija odia cuando uso esta palabra, es más sencillo proyectar nuestras propias carencias y frustraciones en el otro. Cuando señalamos los defectos de la otra persona, desviamos la atención de nuestras propias heridas y evitamos la responsabilidad de sanarlas. Esta proyección nos brinda una falsa sensación de superioridad y nos protege de la vulnerabilidad que implica el autoconocimiento.
Cómo encarar un proceso de transformación genuino
Enfrentar el miedo a vernos. El cambio personal es un proceso arduo y desafiante. Requiere valentía para enfrentar nuestras sombras, humildad para reconocer nuestros errores y perseverancia para transformar nuestros patrones arraigados. Es mucho más sencillo señalar los defectos ajenos que emprender este viaje interior.
Bajar o eliminar las expectativas. Es muy frecuente esperar algo de la otra persona, con expectativas poco realistas sobre cómo debería ser o qué debería hacer esa otra persona. Estas expectativas, alimentadas por ideales románticos y experiencias pasadas, nos llevan a intentar moldear al otro a nuestra imagen y semejanza. Cuando la realidad no coincide con nuestras expectativas, surge la frustración y el deseo de cambio.
Iniciar un cambio personal. La verdadera transformación en una relación comienza con el cambio personal. Al asumir la responsabilidad de nuestras propias emociones y comportamientos, creamos un espacio para la conexión auténtica y el crecimiento mutuo.
¿Cómo romper el ciclo?
1. Autoconciencia: reflexionando sobre tus propios patrones y heridas emocionales.
2. Empatía: intentando comprender la perspectiva de la otra persona y sus necesidades.
3. Comunicación honesta: expresando tus sentimientos y necesidades de manera asertiva, sin culpar ni juzgar.
4. Aceptación: aceptar a la otra persona tal como es, reconociendo que no puedes cambiarla. La otra persona cambiará en función a tu cambio, o no lo hará.
5. Enfoque en el crecimiento mutuo: para casos de relación de pareja o con jefes, trabajando juntos la construcción de una relación basada en el respeto, la confianza y el apoyo.
Cuando ponemos foco en lo que podemos manejar y controlar, nada más y nada menos que a nosotras mismas, podremos manifestar una verdadera transformación.
Al asumir la responsabilidad de nuestro propio crecimiento, abrimos la puerta a relaciones más auténticas, satisfactorias y enriquecedoras.
Trabaja este tema en sesiones o a través de Workshops puntuales, aquí tienes uno: https://www.paulacabalen.com/points-of-you-open-faces/
Buen fin de semana!
Paula Cabalen
www.paulacabalen.com
Life & Business Strategy, Mentora y Consultora. Speaker internacional
CEO de Consultophy
Points of You Master
John Maxwell Member