Tu peor enemigo es quien espera que seas como el quiere
En toda relación debe haber reciprocidad y comunicación, todo eso bajo un marco de respeto. ¿Tienen tus relaciones estos componentes? Ni hablar del afecto como base para las relaciones de círculos más íntimos.
Por: Paula Cabalen para Revista Ellas del Diario La Prensa Panamá publicado aquí
Cuando pasamos nuestra vida tratando de ser, parecer, tener cosas en común con otras personas, sin darnos cuenta vamos perdiendo autenticidad. En ese camino, de adaptarnos para ser parte de un grupo, para gustarle a quien nos gusta, o para ser amiga de alguien en particular, es posible que sin darnos cuenta vayamos perdiendo de a poco algunas cualidades que nos hacen ser quienes somos.
Al pasar el tiempo, si tenemos suerte, eso se convierte en una incomodidad y no nos quedará otra alternativa que trabajarlo, observarlo y modificarlo si queremos sentirnos felices con nosotras mismas.
En todo proceso de autoconocimiento, tendremos que estar dispuestas a ser las malas, a no gustar, nuestro entorno se acostumbró a la mujer que, en ocasiones:
– Aceptaba ir a donde querías ir
– Vestía la falda que a ti te gustaba
– Salía a bailar cuando prefería ir al cine
– Se reunía con tus amigos o familiares nocivos y aceptar escuchar críticas
– No decía nada para ser aceptada
– Decía que si cuando quería decir que no
En toda relación debe haber reciprocidad y comunicación, todo eso bajo un marco de respeto. ¿Tienen tus relaciones estos componentes? Ni hablar del afecto como base para las relaciones de círculos más íntimos.
Escribo esta columna hoy inspirada por algunos momentos de mi vida, y por lo que escucho en mis consultas.
¿A quién perdemos cuando somos quienes queremos ser? ¿Perdemos o ganamos si alguna persona cuando somos sinceras se alejan? La vida es demasiado corta como para dejar de ser quienes queremos ser.
Es posible que me digas que siempre te has sentido feliz, cuando pienso en mi propia vida, fue así, cada época tuvo sus momentos felices y el nivel de consciencia de ese momento. Hubo momentos en donde cuando algo me incomodaba, me permitía escuchar mi corazón, buscar formas de conocerme a través de la terapia o coaching, y dar saltos, pasos o hacer pequeños cambios que me conduzcan a ser mas genuina con la mujer que necesitaba ser en ese momento.
Somos seres que evolucionamos, algo que hoy nos funciona, es posible que en unos años ya no sea así. No es lo mismo ser mujer a los 20 con las necesidades de esa época, que a los 30 o 40.
Hoy te invito a preguntarte: ¿qué necesita la mujer que eres hoy? Estás adaptándote a algo que te hace ruido, que te es incómodo y con lo que ya no quieres convivir más?
Te comparto una frase que adoro decirme y que me ha ayudado a convivir con las críticas que recibo por ser quien soy: “No soy perfecta, nadie lo es”
Estos factores se trabajan a través de procesos autoconocimiento o en workshops, que podrás encontrar aquí.
* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.