Compromiso es una cualidad importante a la hora de cambiar algo
Comprometerte es tener la capacidad para tomar conciencia de la importancia que tiene cumplir con el desarrollo de tu trabajo dentro del tiempo estipulado para ello.
En un mundo volátil e incierto establecer contratos por períodos cortos podría ser una forma de mantener compromiso.
Siempre que quieras cambiar algo en tu vida, ya sea algo de tu trabajo, una relación con alguien o bien mejorar tu propio cuerpo o bienestar, comienza a preguntarte cuál es tu nivel de compromiso con vos mismo/a primero. Deja de hablar y decir lo que vas a hacer, y muévete.
Cuando un cliente se acerca a iniciar un proceso de coaching o consultoría su motivación inicial es el dolor sobre algún tema, normalmente el desarrollo personal no se inicia hasta que algo duele, y duele mucho existiendo la necesidad de querer cambiar algo y que solos no están pudiendo hacerlo. Por esa razón se recurre a una tercer persona, que provee herramientas y técnicas para lograrlo.
Compromiso es la primer cualidad que necesita tener la persona que quiere cambiar o modificar algo, no hay pastillas de colores para eso, no se cambian hábitos, conductas y costumbres sin trabajo constante y enfoque.
Comprometerte es tener la capacidad para tomar conciencia de la importancia que tiene cumplir con el desarrollo de tu trabajo dentro del tiempo estipulado para ello. Al comprometernos, ponemos al máximo nuestras capacidades para sacar adelante determinada tarea.
Según el pensamiento de S. Lehman “el compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo. Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de la proactividad”
Cuando nos comprometemos es porque conocemos las condiciones que estamos aceptando y las obligaciones que éstas conllevan.
A medida que las personas deciden iniciar un proceso de cambio y comienzan a trabajar en lograr uno o más objetivos, van creyendo en sí mismos, se van empoderando, y eso los hace sentir seguros y con la capacidad de ir por más. Algo muy común, y que es parte del proceso es que en medio de un proceso de coaching o consultoría, las personas se relajen ni bien comienzan a lograr resultados, y que crean que ya está, puede que eso traiga una recaída. En cierta forma, es una recaída a su propio compromiso consigo mismos.
La ausencia de compromiso convierte la elección en una trivialidad y una pérdida de tiempo. Cuando la decisión es aleatoria, la acción carece de sentido.
De acuerdo a lo que me comentan mis clientes corporativos, y que yo misma corroboro en la interacción con personas que colaboran en ciertos trabajos, estamos ante una crisis de esta cualidad o habilidad, el compromiso. La palabra dejó de tener valor.
Te pregunto:
· ¿qué opinas sobre esto?
· ¿Te pasa, te pasó?
Se habla mucho acerca de la falta de compromiso de las nuevas generaciones, lo que hace difícil prever y planificar en ciertos trabajos el futuro de la organización, ni hablar de las relaciones.
Lo veo cada vez más, es como si las personas quisieran la recompensa inmediata, por algo que no están dispuestas a dar a cambio.
Muchas personas esperan recoger la siembra pero no pueden esperar a que madure la semilla que ellos mismos plantaron, o que incluso otro plantó. La naturaleza misma nos muestra que es imposible que eso suceda si lo que buscamos son resultados consistentes y sanos.
Sin embargo, cuando encuentro personas que se comprometen con su cambio, relación, familia, trabajo, etc. Generan un espacio de estabilidad emocional que atrae, que genera confianza y por cierto resultados de acuerdo a ello.
¿Cómo se ve esto desde el punto de vista de una organización?
El compromiso en una empresa es una competencia estratégica. Lo mejor que puede hacer una organización es prestarle atención a esta competencia en sus colaboradores. Es decir, el compromiso es lo que hará que un cliente vuelva, que esté satisfecho, que las personas confíen en vos y en tu palabra.
Mejora tu productividad y claro que la de la empresa.
Muchas empresas han perdurado en el tiempo a pesar de las crisis, gracias al valor del compromiso entre la dirección de las mismas y sus empleados. Para que un individuo esté comprometido con su organización y ponga en marcha dicha competencia es necesario que cumpla lo siguiente:
– Que sienta como propios los objetivos de la organización.
– Que apoye e instrumente decisiones, comprometido por completo con el logro de objetivos comunes.
– Que prevenga y supere obstáculos que interfieran con el logro de los objetivos de la organización.
– Que haga seguimiento de la puesta en marcha de reacciones acordadas.
Un estudio realizado por una conocida consultora de recursos humanos, en el que se analizan las competencias de una amplia muestra de empresas nacionales y multinacionales de todos los sectores, demuestra que sólo el 31% de ellas cuenta con el compromiso entre sus competencias.
Tipos de compromiso.
El compromiso puede ser “Racional”, o la voluntad de la persona en relación a algo o a alguien, o “Afectivo” cuando la persona realiza un esfuerzo discrecional para ir más allá del ámbito de responsabilidad.
Teniendo en cuenta estos dos tipos, las personas que lideran a otras deben armar estrategias de acuerdo a estos tipos, y fomentar dicho compromiso a través de acciones.
El compromiso comienza en casa.
Sé por experiencia propia lo desafiante que es poner reglas cuando las tuvimos muy estrictas. O mismo poner reglas cuando no sabemos cómo hacerlo. Enseñar a nuestros hijos el compromiso depende de lo que ven en casa. Si ven padres que no se comprometen, será difícil que ellos aprendan a serlo.
Puede también que hayan visto a padres comprometerse hasta enfermarse, y que eso mismo sea un disparador de la acción opuesta.
¿Cómo hacer entonces con el compromiso?
En un mundo volátil e incierto establecer contratos por períodos cortos podría ser una forma de mantener compromiso. Comprometernos por objetivos, por metas concretas y así construir una vida de compromiso.
Te dejo algunas preguntas para generar insigth acerca de este valor:
· ¿Cómo ves al compromiso socialmente en este momento?
· ¿Qué propuesta le harías a esto?
· ¿Sos una persona comprometida? ¿Con qué? ¿Con quién?
· ¿Con qué o con quién deberías comprometerte?
Es un tema para analizar y cranear, filosofar y establecer nuevas reglas acordes a ésta época.