Permiso para sentir
“Mientras más abiertos podamos ser sobre las emociones, más fácil es llevarse mejor con las personas y comunicarse”
Cuando se habla de emociones, se tiende a asumir que se trata de características “blandas”, es más, algunos las asocian a la energía femenina, ubicándolas en el extremo opuesto a las cualidades más analíticas, como el pensamiento crítico.
Sin embargo, la Inteligencia Emocional es una de las habilidades más solicitadas en el mercado laboral actual.
Pero, ¿esta inteligencia solo se asocia a los adultos insertos en este mercado? Para el Yale Center for Emotional Intelligence, la inteligencia emocional debería ser tan (o más) importante que el aprendizaje de las matemáticas.
En mi caso, para poder salir de mi crisis de divorcio, comencé a estudiar, conocer y trabajar en mi a través de diversas terapias, cursos y carrera la gestión de las emociones. Fue tan revelador el hecho de darme cuenta cómo cambió mi vida en forma positiva después de eso, hasta incluso, llegando a cambiar mi carrera gracias a ese descubrimiento.
Descubrí mi propósito, y la relación que tiene con ayudar a personas que como yo, no creíamos que podíamos expresar nuestra autenticidad en una Empresa o con nuestros jefes y compañeros de trabajo.
Cuando las personas no se dan permiso para sentir, conocer sus emociones y gestionarlas, pueden estar evitando a quienes si lo hacen, o incluso es posible que las vean como personas frágiles, y tender a juzgarlas de esta forma. Por otro lado, es más común que tengan síntomas relacionados a las emociones que no se permiten gestionar, mientras se distraen con cosas externas. Es muy posible que sea un permiso que no han tenido en la infancia, y que incluso no se den cuenta de cuál es la causa, excepto que lo trabajen en algún tipo de terapia.
Marc Brackett, académico y creador del Centro de Estudios Infantiles en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale creó un sistema denominado RULER, con el que busca cambiar el paradigma en torno a las emociones, para así crear una sociedad más empática y preparada para contextos anormales como el actual.
Dice Marc: “una de las diferencias de la inteligencia emocional, es que no es como la inteligencia cognitiva. Sé la suficiente cantidad de matemática para manejarme en la vida. Sin embargo, he pasado 30 años estudiando la Inteligencia Emocional, y sé qué algunos días son distintos a los otros. Nuestro sistema emociones es mucho más complicado, depende de mis sueños, qué tan saludable estoy, qué he comido, si he hecho ejercicio, mis relaciones. Es complejo y no creo que le hemos dado la atención suficiente”.
Método RULER
El centro encabezado por Marc ideó el método RULER con el objetivo de usar el poder de la emoción y enseñarle a las personas de todas las edades las habilidades de la inteligencia emocional a través de la comprensión de cómo enfrentar las emociones con el objetivo de que puedan tener mayor bienestar, mantener mejores relaciones y así poder realizar sus actividades de la mejor forma y lograr sus objetivos.
RULER, es el acrónimo de reconocer (recognize), comprender (understand), etiquetar (laberl), expresar (express) y regular (regulate) emociones.
Históricamente, las emociones han sido vistas como disruptivas, pero lo que ellos han tratado de explicar, es que realmente son estas muy importantes para entregar información útil para comprender nuestro comportamiento y queahora se está viviendo un cambio de paradigma, donde se ha entendido que las emociones son esenciales para comprender de manera holística el comportamiento humano.
Todas las emociones son información. La rabia nos está diciendo que ha existido una injusticia, el miedo nos dice que hay peligro, la ansiedad nos dice que hay incertidumbre y así detrás de cada emoción una causa que al conocerla, nos da información para tener, porque y así ser de ayuda para aprender a comunicarla, tomar mejores decisiones y lograr así mejorar nuestro bienestar y relaciones.
Vivimos en un mundo que quiere suprimir nuestras emociones. Las emociones, especialmente las no placenteras como la ansiedad, estrés, miedo, rabia, son vistas como negativas, y también son vistas como emociones que uno no puede controlar, que toman control de tu mente y de tu comportamiento. Tanto Marc como el precursor en este tema, Daniel Goleman ya hace 25 años, no lo ven de esta forma.
Durante la pandemia, explotó el pedido de ayuda de las Empresas para brindar a sus colaboradores y ejecutivos tips y workshops para ayudarlos a gestionar la incertidumbre y las emociones. Desde mi experiencia, fue uno de los años en los cuales más trabajé sin parar, creando contenidos, brindando ayuda tanto a mis clientes como creando un grupo para meditar en forma gratuita.
Otro espacio muy afectado fueron los colegios, por ende los niños, imposibilitando el desarrollo de sus habilidades sociales, compartir, vivir situaciones y emociones con sus pares. El aislamiento provoca emociones como el miedo, la tristeza y la incertidumbre. Ahora, estamos vivenciando el resultado de ese tiempo, con las nuevas dinámicas que traen los jóvenes en el colegio. Lo veo muy de cerca dado que aún tengo hija, hijos de amigos y sobrinos en edad escolar y universitaria, además de lo que leo y converso con los especialistas.
Cambio de paradigma
Si bien desde hace 25 años se habla de Inteligencia Emocional gracias a Daniel Goleman, la época de pandemia ayudó a dar importancia y lugar a las emociones para comprender de manera holística el comportamiento humano.
Los jóvenes de hoy tienen una mentalidad más abierta respecto al tema y se muestran más cómodos hablando sobre sus emociones.
Según Daniel Coleman la Inteligencia Emocional es un antídoto para el egocentrismo de esta época.
Según Marc es un desafío para los adultos que no han tenido una educación emocional enfrentarse con estas habilidades y tener que trabajarlas.
En actividades grupales es curioso ver cómo las personas disfrutan del espacio de poder conocerse y descubrir cosas relacionadas a las emociones, utilizando el espacio como un juego, y siempre está un pequeño porcentaje que se resiste, o se cierra, tal vez con temor a lo que pudiera descubrir. Falta de permiso para expresarse naturalmente en sus hogares, y la creencia de que no hay que mostrar la vulnerabilidad. En lo personal, respeto mucho más a quienes muestran su vulnerabilidad, a aquellas personas, o líderes que pueden llorar, o decir que algo les salió mal, que sienten frustración, o que no saben que hacer y lo comparten. Y he notado que quienes se muestran así, genuinos, lideran e influyen a través de la inspiración.
Uno de los primeros ejercicios que hago con mis clientes en sesión es del de reconocer sus propias emociones, se lo llevan como tarea, luego de explicarles qué hay detrás de algunas de ellas y cómo es que a través de nuestro aprendizaje, mientras crecíamos, aprendimos a ocultarlas y o expresarlas en forma errónea.
De esta forma, poder luego entregarles herramientas para sobrellevar sus escenarios y a quienes forman parte de su propio sistema.
Los adultos debemos tener permiso para sentir, y darle a quienes nos rodean ese permiso, sin juzgar, ya que detrás de las emociones hay un sinfín de vivencias, historias y árbol familiar involucrados.
Te deseo una excelente semana! Sé feliz! Sonríe aunque nadie te vea!
Paula Cabalen
Coach de Vida y Negocios. Consultora estratégica. Conferencista. Escritora.
CEO y fundadora de Consultophy
Points of You Country Leader
@paulacabalen
www.paulacabalen.com