¿Sientes a menudo que tu pareja u otras personas te defraudan?
Si una parte de tu persona siente que no puede ser del todo feliz, sigue leyendo.
¿Por qué las relaciones fallan y los problemas se repiten? ¿Por qué no sacarle jugo a eso y ver qué tenemos que aprender allí?
Tu decepción no es necesariamente una señal de que estás en la relación equivocada, y no es una indicación de que algo anda mal contigo.
En cambio, es una señal de que estás experimentando un fenómeno común que cambiará la forma en que ves las interacciones entre tú y tu pareja y cualquiera, en realidad ya que:
“Esperamos de los demás lo que no nos damos a nosotros mismos”.
Cuando no te brindes algo para tí, lo buscarás en las personas más cercanas, y te pondrás especialmente nervioso cuando no lo obtengas de ellos.
Si no te hablas con amabilidad, tenderás a irritarte ante la menor falta de cortesía.
Si tiendes a ser tu peor crítico, probablemente sentirás que no puedes hacer nada bien con tu pareja o relaciones.
Si dejas de hacer dieta o vuelves a un viejo hábito o adicción, es posible que te disguste que tu pareja se niegue a dejar algún mal hábito también. Es decir, que pongas el foco fuera de ti.
Pocos hechos parecen tan sencillos al proponerlos y tan complejos a la hora de realizarlos. Algo muy común que veo en sesiones es la facilidad con la que las personas dejaron de soñar, incluso no se preguntan cuál es su sueño. Están también quienes tienen una enorme lista de ellos, pero no comienzan a armar los objetivos o metas que los acerquen a ellos. Esta es una de las razones principales por las cuales las personas abandonan incluso las sesiones de coaching, cuando deben poner de ellas la intención para dar ese pequeño paso y sostenerlo, el paso que los acerque a la meta.
Ya sea por falta de determinación o por el devenir del destino, todos tenemos anhelos que se han quedado en el tintero.
Es en esos casos, cuando no te amas, es que comienzas a poner foco en las personas que te rodean y en tu pareja, y siempre estarás buscando las señales que indican que ellos no te aman.
Todo lo que necesitas es amor propio!
Casi cualquier problema de relación que puedas tener es en realidad un problema de aprender a amarte.
Tener amor propio no es negociable. Es tan importante como el aire que respiras. Y cuando no te amas, siempre estarás buscando ese amor en alguien más.
El problema, por supuesto, es que nadie puede darte amor propio, tiene que venir de ti.
La mayoría de nosotros no sabemos que estamos sufriendo de falta de amor propio hasta que entramos en una relación. Las relaciones íntimas son como medidores de temperatura para el amor propio. Cuando estás solo, no encuentras los desencadenantes típicos que indicarían una falta de amor propio. Pero una relación despertará nuestras necesidades y miedos más profundos.
De repente, tienes un medidor de amor propio incorporado: tu pareja. Cuando posee una reserva completa de amor propio, no depende de su pareja para «llenarlo». Si tu pareja está teniendo un mal día o tienes un desacuerdo, eres capaz de darte el amor que tu pareja no quiere o no puede compartir en ese momento.
Cuando experimentes un déficit de amor propio, serás muy sensible a cualquier señal potencial de falta de amor. Cuando tu pareja no ama al 100 % la totalidad del tiempo (lo cual es imposible), temerás el abandono y tendrás la sensación como si tu suministro de amor fuera a cortarse.
Esto luego se intensificará y se convertirá en quejas y reclamos hacia tu pareja, logrando alejar el amor que tanto deseas.
Este tema funciona en forma bidireccional, cuando tu pareja te dice que te quejas demasiado o que nunca puedes estar satisfecha, es probable que TAMBIÉN ella esté actuando por falta de amor propio.
Podrás darte cuenta si esto es así si tú y tu pareja se han visto envueltos en el mismo patrón crónico durante un período de tiempo y el problema no mejora. Verás, las personas que realmente se aman a sí mismas no se quedan enredadas en relaciones difíciles. Atraen parejas que también tienen una cantidad saludable de amor propio.
Este tipo de patrón de relación difícil se llama enredo. En el centro de cualquier enredo está, lo adivinaste, la falta de amor propio.
La falta de amor propio a menudo proviene de la infancia. Algunas personas tenían padres demasiado críticos o tenían hermanos contra los que tenían que competir. Si esta fue tu experiencia, entonces probablemente creciste pensando que no merecías amor fácilmente y que tenías que medirte con ciertos estándares para ser amado.
Cuando somos niños, no nos damos cuenta de que podemos generar nuestros propios sentimientos de amor y dignidad, y cuando nos hacemos mayores, llevamos esta creencia limitante a nuestras relaciones adultas.
Aprender a amarte es el aspecto más crítico de la felicidad en las relaciones.
Cuando no te amas completamente a ti mismo, siempre estarás buscando este amor y tratarás de obtenerlo de tu pareja. Y dado que el amor propio solo puede provenir de usted, está garantizado que se sentirá decepcionado en las relaciones.
Hasta que aprendí a amarme, solía tardar en darme cuenta cuáles eran las relaciones que me hacían mal, o que tomaban más de mi y se enojaban cuando les ponía algún límite. Esas personas me decepcionaban. Durante mucho tiempo creí que tenía mala suerte con algunas relaciones, hasta que aprendí que a través de mis relaciones, podría aprender sobre mí misma, y que sólo trabajando lo que me molestaba de ellas en mí, iba a crecer y a aprender para poner límites o bien a correrme de lo que me hacía mal. Muchas veces incluso, cuando aprendía, la persona se retiraba por sí misma, como si ya no tuviera el rol de maestro en mi vida.
Muchas personas piensan equivocadamente que cuando trabajan su autoestima, su relación va a terminar, pero a veces no es así. Puede que al trabajar tu autoestima, la relación cambie a favor, que la respuesta de la otra persona favorezca tu propio crecimiento e incluso mejore. Lo tengo comprobado. Me ha pasado en sesiones con clientes que una vez que se sienten mejor, traen a su pareja a sesión porque ellas quieren ver qué pasa en ese espacio en el cual quien hace sesiones está mejor, más feliz, más independiente y disminuyendo los reclamos hacia la pareja o hijos.
También están aquellos casos en los que al comenzar a quererte y darte lo que necesitas, la otra persona se siente amenazada y no cómoda con tu cambio. Eso hará incluso más fácil tu elección, ya que no dudarás en elegirte a ti por sobre la otra persona.
No fue hasta que aprendí a amarme a mí misma que finalmente rompí el patrón de creer que me encontraba con cierto tipo de personas, al dejar de culpar al otro, poniendo la responsabilidad sobre la única persona sobre la que tengo control, sobre mí misma.
Las personas son como son, y nos encontramos con ellas por alguna razón, que podemos aprovechar o no. Cuando decidí aprender de cada ser con el que me cruzo, mi vida cambió, evolucionó y jamás dejo de aprender. Hasta de aquella persona que me cruzo cuando salgo a caminar, y lo que pienso sobre ella, me da información sobre mi. Todo el tiempo.
En realidad, aprendo a amarme más y más gracias a ellas, a cada relación.
No importa qué problema de relación estés experimentando, tiende a mirar eso en ti, haz algo que valga la pena para ti. Emprende un cambio, una acción o un proyecto en el que creas y que se ajuste a tus valores y expectativas. No importa que los demás no lo entiendan o que no vean con buenos ojos esa acción que tienes en mente. Tus sueños te pertenecen y solo cuando nos atrevemos a poner un pie delante de otro, motivados por nuestros deseos, alcanzamos la realización personal.
Deseo tengas una buena semana y mejor vida!
Paula Cabalen
Coach de Vida y Negocios. Consultora estratégica. Conferencista. Escritora.
CEO y fundadora de Consultophy
Points of You Country Leader
@paulacabalen
www.paulacabalen.com