La pareja, nuestra gran oportunidad de aprender.

¿Qué buscamos cuando buscamos a nuestra media naranja, o a nuestra otra mitad, o nuestra alma gemela?

La pareja es nuestro gran maestro si sabemos ver y aprender de eso. Este es uno de los temas que más me gusta, que creo es un desafío en la vida de todas las personas y que ha sido en mi vida, mi gran punto de quiebre. Eso que me llevó a hacer cambios cuánticos y a nivel espiritual.

Incluso trabajando como asesora de dueños de empresas o de Gerentes Generales, me ha pasado terminar incluyendo a sus esposas en los procesos y que el resultado haya sido maravilloso. Puedo decir que parte de mis amistades hoy, son algunos de esos casos.

Aprovechando la semana del amor y la amistad, traigo este tema y te comparto mi punto de vista acerca del mismo.

Desde un punto de vista psicológico, en las parejas podemos encontrarnos a nuestros padres, a nuestros antecesores, la relación de nuestros abuelos, bisabuelos, etc.

Te invito a pensar a quien se parece tu pareja por ejemplo, cuáles son los rasgos que te molestan y cuales los que te gustan, y verás que en ellos está tu madre o tu padre.

Me decía hace unos días atrás un cliente: -en mis relaciones, siempre pongo a los demás primero, me preocupa que todos estén bien, y me di cuenta de que no pienso en mi. El objetivo que lo trajo a tomar sesiones fue trabajar en el y saber quién es, qué quiere y cuales son sus sueños.

Una de mis preguntas fue: ¿quién era así en tu casa? Su respuesta fue: mi mamá, ella era así y fue así toda su vida.

En su primera pareja, el buscó a una mujer que fuera como su mamá. Y se encontró con todo lo contrario. Razón por la cual se divorció. El no quería hacer ese rol, quería que alguien lo tuviera con él.

Cuando podemos reconocer cómo eran nuestros padres, y qué tenemos de ellos y qué no, se hace más simple trabajarlo en nosotros, y atraer así a una pareja que nos acompañe y no que nos complemente. Se trata de convertirnos en la naranja completa y encontrar a otras naranjas con quienes crecer y evolucionar.

Nuestra pareja es nuestro gran maestro, pero también lo son cada una de las personas que se cruzan en nuestra vida.

Tanto si tengas pareja como si no, esto sirve para aplicar en cualquier tipo de relación.

Siempre estamos buscando lo que nos falta o queriendo atacar lo que nos sobra y no sabemos. En una relación siempre estamos relacionándonos con nosotros primero. Y la otra persona es la gran oportunidad que tenemos para mejorarnos, si lo trabajamos seriamente claro. No se cambia con una pastilla 😉 requiere de trabajo interior.

Todo lo que nos irrita, molesta y que criticamos en otros, está relacionado a nuestra forma de pensar y sentir esa situación, juzgamos desde nuestra experiencia y sentimiento, el problema real está en la forma en la cual estamos viendo y actuando respecto a ese tema. Muchas veces es una invitación a movernos y tomar acción concreta, salir del estado de víctimas y tomar la responsabilidad sobre nuestra vida.

Algo que sirve mucho para esto es utilizar la Ley del Espejo, que dice que todo lo que está fuera (las circunstancias de tu vida) es un reflejo de tu interior. Y para mi es una excelente herramienta de autoconocimiento.

La vida refleja lo que hay en tu interior. Al igual que cuando nos miramos en un espejo podemos conocer nuestra propia imagen, si miramos lo que nos pasa en la vida respecto a otras personas, podremos conocer qué tenemos en el corazón y trabajarlo.

Algunos de los beneficios de aplicar La Ley del Espejo:

• Mayor autoconocimiento
• Mayor autovaloración
• Integración de nuestra propia sombra
• Tener más empatía y compasión
• Aprender a poner límites
• Mayor equilibrio
• Humildad
• Perdonar
• Liberarte de la postura de víctima
• Mayor sabiduría y libertad
• Tomar responsabilidad sobre tu vida y emociones

El reconocido autor japonés Yoshinori Noguchi, autor del libro La Ley del Espejo, reconocido experto en coaching y asesoramiento psicológico propone que una vez lo tengas claro, orientes tu comportamiento hacia el perdón. El muestra la importancia del “soltar” el resentimiento u odio hacia alguien para poder encontrar la paz interior que habita dentro de cada uno de nosotros.

La Ley del Espejo dice asi:

PRIMERA LEY DEL ESPEJO

Todo lo que te molesta, irrita, enoja o quieras cambiar del otro, eso está dentro de mi.

SEGUNDA LEY DEL ESPEJO

Todo lo que me critica, combate o juzga el otro, si me molesta o hiere está reprimido en mi y me toca trabajarlo.

TERCERA LEY DEL ESPEJO

Todo lo que el otro me critica, juzga o quiere cambiar de mi, sin que me afecte, le pertenece a él.

CUARTA LEY DEL ESPEJO

Todo lo que me gusta del otro, lo que amo en él, también está dentro de mi, reconozco mis cualidades en otros.

Muchas personas creen que eso que les molesta está en ellas, pero muchas veces puede pasar que eso que te molesta esté enseñándote a poner límites, a tomar las riendas de tu vida, a dejar de poner en otros las decisiones y a comenzar a liderarte.

¿Cómo aplicarla? Te dejo unos ejemplos:

Primera Ley: Todo lo que me molesta de otro está en mi.

Cuando algo te irrite o enoje de otra persona, antes de reaccionar piensa: ¿qué tiene que ver esto conmigo? ¿Estaré siendo así en algún área de mi vida? ¿Fui así alguna vez?

Segunda Ley: Todo lo que me critican está reprimido en mi.

Cuando la crítica de alguien te moleste, pregúntate: ¿está esto mostrándome que hay algo que es importante que vea? ¿En vez de negar? Esta ley requiere humildad y automirada.

Tercera Ley: Todo lo que me critica si no me afecta le pertenece a el.

Esta ley sirve para darte cuenta de tu propio avance, de tu autoestima. Es posible que le hagamos de espejo a alguien y que eso no tenga que ver con nosotros, sino con ellos. Si no te molesta, es signo de que tienes eso sanado en ti.

Cuarta Ley. Todo lo que me gusta del otro está en mi también.

Cuando alguien me dice algo bueno de mi, lo primero que pienso es, esa persona tiene eso en ella también. Entonces, cuando admires algo de alguien, trata de reconocer eso en ti también, porque por esa razón es que estás pudiéndolo ver.

Te regalaré un ejercicio que diseñe para un workshop hace unos años y que suelo usar muy a menudo, con una mirada espiritual que consiste en identificar en la pareja o persona con la cual tengamos un conflicto:

• ¿Que me enseña acerca de mi?
• ¿Que me molesta?
• ¿Que admiro de ella?
• ¿De qué estoy agradecida?

Para ser abundantes en relaciones también es importante agradecer a nuestros maestros lo que traen a nuestra vida para aprender!

Artículo que salió impreso en Revista Caras Argentina el viernes 18 de febrero 2022